Ayer, martes de carnaval vi el documental "Un instante preciso" (2009) sobre el cantautor uruguayo Jorge Drexler, toda una aventura creativa al servicio de la música. Hace tiempo que descubrí a Drexler con aquella canción que decía "Hazme un rincón en tu almohada...", y sus ritmos transmitían una mezcla perfecta de melancolía rioplatense y optimismo lúdico.
A lo largo del tiempo lo he ido acompañando disco a disco y siempre me ha sorprendido la calidad musical de sus canciones. Conoce como nadie los ritmos afrouruguayos, la bossa nova brasileña, la electrónica, los Beatles y domina la guitarra y sus acordes disonantes. Y que decir de sus letras, donde la simplicidad esconde todo lo complejo de la vida, donde palabras fetiche como: Tú, Eco, Frontera, Sea... son la síntesis del amor y del desamor, del viaje, de la identidad, de la duda...
El documental "Un instante preciso" atrapa en imágenes en blanco y negro una serie de conciertos que Drexler hizo en Cataluña en el dosmil8, acompañado únicamente de su guitarra y que después se convirtió en el doble disco "Cara B" (2009).
Drexler tiene la intuición de invitar a una banda de música que pasaba por allí, para que toquen juntos una canción de Marlango, a unos músicos ambulantes con su pandero y su cajón, recreándose con el timbre de una bicicleta, que se convierte en un instrumento de percusión en sus manos. Es una delicia verle improvisar, hablar (con aquel acento uruguayo), preparar un mate y verle tocar sus canciones para un público de "cariño lento", que canta los estribillos, dejando en el aire del teatro un eco de intimidad y amistad compartida.
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