Por recomendación de Morgana, la Coordinadora de la escuela donde trabajo de Maestro de español, he visto esta tarde de viernes pre-carnaval el documental "O homem que engarrafava nuvens" (2010), la vida de Humberto Teixeira contada a través de los ojos de su hija Denise Dummnont, una historia de vida y canciones a ritmo de baião, ese ritmo nordestino y contagiante que hace que los pies no paren quietos cuando suena el acordeón/sanfona.
Desde que escuché la primera vez la canción "Asa branca" siempre la relacioné con Luiz Gonzaga y no imaginaba que aquella letra tan realista y poética que hablaba del sertão nordestino era de Humberto Teixeira, un abogado que compuso letras y músicas que forman parte del acervo cultural de Brasil, el país donde vivo, sueño y respiro.
El hombre que embotellaba nubes y brumas, junto a su hija en su casa de Mangaratiba (RJ) es Humberto Teixeira, tal vez un desconocido para alguien como yo, que llegó de lejos a estos trópicos utópicos y que gracias a estos documentos visuales descubro las raíces profundas de ese gigante multicultural, llamado Brasil.
Algún día yo también estaré en algún tranquilo mirando al cielo y tratando al mismo tiempo de guardar nubes, brumas y arcoiris en botellas de cristal que iré guardando en mi biblioteca de "cosas inútiles" que diría el viejo maestro Manoel de Barros.
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