El pintor cae rendido sobre su mesa de trabajo, rodeándole una serie de animales, sus propios monstruos y fantasmas. Con esta imagen Francisco de Goya, querría indicarnos cómo la razón libera sus fantasmas durante el sueño, a través del subconsciente, por lo que se supone un anticipo del Surrealismo. También podría aludir al deseo del artista por desenmascarar todos los monstruos de la sociedad a través de sus estampas, destacando así el poder de la razón sobre las tinieblas de la ignorancia, filosofía característica del pensamiento ilustrado.
Goya es el mejor grabador de la historia del arte español, junto a Ribera. A través de sus estampas, especialmente con los Caprichos, realizará una interesante crítica a la sociedad española de la Ilustración. La serie de los Caprichos consta de 80 grabados realizados entre 1793 y 1796, poniéndose a la venta el 6 de febrero de 1799. Fueron ejecutados empleando aguafuerte y aguatinta pero la importancia de esta obra no radica en la realización sino en el contenido de sus imágenes, consideradas peligrosas para la época por su mordacidad. Toda la sociedad es criticada por el artista: la educación, la religión, la nobleza, la prostitución y un largo etcétera, por lo que intervino la Inquisición. Para evitar problemas con el Santo Oficio, Goya regaló las planchas y los ejemplares sin vender a Carlos IV a cambio de una pensión para su hijo Javier. El sueño de la razón produce monstruos iba a presidir la serie en un principio, relegándose al número 43 en la edición definitiva.
“A coruja, símbolo da sabedoria, representa a razão que ronda o sono da personagem. Os morcegos, "aves noturnas", representam os fantasmas interiores que rondam o seu interior - povoado pelos medos, ansiedades, vícios, desespero. O morcego ouve bem, mas não enxerga. A coruja enxerga só à noite. O gato é astuto, silencioso, perspicaz; ouve tudo e tem excelente visão diurna e noturna. Sabe dormir e sabe estar acordado. E sabe relacionar-se com o Outro, sem arrogância, diferente do tigre. O cão é servil, amigo. Ao centro da mesa, o homem dorme. Os montros se fantasmas interiores se apresentam.Sua essência se revela. O homem é o produto de tudo isso. Mas ainda dorme, inacabado, incompleto... E dorme, entorpecido pelas ilusões terrenas...
ResponderEliminarCerta vez, li sobre isso, quer dizer, mais ou menos isso. Achei lindo e tento reproduzir o que ficou em minha mente.
Lembrei-me também dos fantasmas, monstros e lamaçais que povoavam os sonhos do personagem Paulo Honório de São Bernardo. É o inconsciente se rebelando contra a ignorância humana.
Olá professor, estou aqui apenas para te mandar o link de um vídeo em espanhol também, que eu achei esses dias. Espero que o senhor goste!
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=0y9zJ5J2bWA
¡Muy Bueno! el video titulado: "El maltrato sutil". Gracias Honey por compartirlo con todos nosotros.
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