"AD LIBITUM" (1997)
Una frase en latín, Ad libitum, da nombre a la producción de Jaime Chávarri con Luis Eduardo Aute, rodada en Madrid y Barcelona. Para el autor de El desencanto y Las bicicletas no son para el verano, "el proceso de creación de una canción es una mezcla de música y poesía, pues nadie podrá oír jamás la música de las esferas sin haber aprendido a escuchar antes la palabra".
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(…) El artista no podría prescindir nunca de la melancolía. Es una droga inspiradora y tirste. La utopía es quizá, después del sexo, lo más melancólico que hay. Melancolía sexual, melancolía utópica son temas onmipresentes en la obra de un artista. Ahora el artista se concreta: papel, lápiz y una guitarra. Buscando una palabra, un adjetivo, se encuentra uno cara a cara con el tiempo. No es un mismo, sino la cantidad de vida que lleva uno dentro lo que conforma la obra cuando el artista ha alcanzado la madurez. Llegamos a la eterna lucha del saber contra el tiempo. Pero el saber demasiado también tiene sus peligros. Es necesario guardar un rincón donde cultivar lo que no se quiere saber, aquello que hace imposible la utopía. Sin embargo, de ese rincón provienen los grises, y lo gris tiene, con la ayuda de la melancolía, la sabiduría y un poco de utopía, la paleta infinita de la penumbra. (…) El trabajo de nuestro artista tiene, sin embargo, un insólito descaro. Sabe que hay cosas tan misteriosas que no se pueden agotar. El artista se convierte en su propia contradicción. No importa, si tiene dentro el caos suficiente para, como decía Nietzsche, dar a luz a una estrella fugaz.
JAIME CHÁVARRI
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