viernes, 22 de mayo de 2015

UNEMAT - 2015



A segunda questão da Prova de Espanhol do Vestibular da UNEMAT 2015 perguntou sobre o famoso "Ecoturismo" do Estado de Mato Grosso. Deixo aqui a ampla reportagem publicada no jornal argentino La Nación, que foi utilizada para elaborar a questão. 

Leiam e descubram as belezas naturais do Mato Grosso.


La Nación, Domingo, 13 de mayo de 2007

BRASIL - ECOTURISMO

Mato Grosso: el pantano mais grande do mundo

La grandilocuencia brasileña está bien justificada en esta región de yacarés, inmensas cascadas y vegetación exuberante

MARTIN WAIN

CUIABA.- Las hormigas más grandes, la zona más energética, las plantas con más proteínas. La simpática grandilocuencia brasileña aparece esta vez cuando alguien pregunta: "¿No faltaban quince minutos?"

"Es que también tenemos los quince minutos más largos del mundo", se ríe el guía local, cuando todavía falta una hora para llegar al Pantanal.

Los tiempos son relativos en el Mato Grosso, sobre todo en época de lluvias, que termina en mayo, aunque suele extenderse unos días. Los caminos se vuelven barro y algunos planes pueden modificarse. Pero lo importante es no dejar de visitar, ni por todo el barro del mundo, el inmenso pantano símbolo de la región ni la Chapada dos Guimarães (ver página 4), dos bellezas propias de un país que tiene argumentos de sobra para exagerar un poco y seguir alimentando su ego.

Como si no bastaran las playas para distinguirla entre las naciones más lindas del planeta, Brasil cuenta con regiones menos frecuentadas, que disfrutan especialmente los europeos. Mato Grosso es una de ellas. Aquí se destaca el turismo de contemplación , que ofrece una relación cara a cara con otros seres de la naturaleza, algunos amigables, otros temibles y casi todos sorprendentes.

El estado se divide en tres biomas. En el Norte hay una pequeña porción del Amazonas; en el Sur, el Pantanal y en el centro, el Cerrado, con vegetación que cubre casi todo su territorio.

La capital es Cuiabá, ciudad de 700.000 habitantes, punto de partida de los recorridos. La población crece en forma constante desde los años 80, cuando se impulsaron planes para habitar la región. Pero también es clara la emigración: son pocos los cuiabanos de chapa y cruz , como llaman a quienes nacen y mueren en la ciudad, sin abandonarla nunca.

El clima es húmedo o seco, pero siempre caluroso. Las duchas de los hoteles y posadas, generalmente eléctricas, confirman una temperatura con pocos matices. Sólo tienen dos opciones, Verano e Invierno , una con agua fría y la otra... casi también. Ninguno de los hoteles, por más estrellas que tenga, ofrece champú ni acondicionador, de manera que es bueno llevarlos o comprarlos en la ciudad antes de comenzar el viaje. También bolsas de nylon para las valijas, ya que se llenan de tierra roja en cualquiera de los caminos.

AGUA ADENTRO

Aseguran que no es peligroso caerse del bote, a menos que uno tenga la mala suerte de hacerlo sobre un yacaré, o si está lastimado; en ese caso, la sangre llamará rápidamente la atención de las pirañas. Pero el paseo por estas aguas repletas de camalotes es, en verdad, sumamente tranquilo.

El Pantanal ocupa 103.000 km2 del Mato Grosso y cuenta con varios ecosistemas. En su parte norte, unidas por un camino llamado Transpantaneira, se ubican unas veinte estancias, convertidas en posadas en los últimos veinte años. El Pantanal vive del turismo, que suele quedarse entre dos y siete noches con el fin de descansar y, principalmente, ver animales.

Cada estancia tiene un par de miles de hectáreas. Son reservas particulares de protección natural (RPPN). Una de las opciones para recorrerlas es en bote, lancha o canoa, según los paseos incluidos en cada posada. También a caballo: el agua le da un marco único al paseo, sobre todo cuando se cabalga con el agua hasta los estribos.

Se puede recorrer a pie, aunque sólo por caminos bien delimitados. Siempre en silencio, claro, para no espantar a los animales, aunque algunos son tan sociables que interrumpen cualquier conversación. Los monos bigiu, por ejemplo. No hace falta buscarlos para verlos en zonas arboladas, incluso darles la mano. Sólo hay que cuidar las pertenencias: les encanta quedarse con souvenirs de los turistas, sobre todos lentes de sol.

Se estima que en el Pantanal hay unos 3,5 millones de yacarés. Algunos tienen una identificación en la cola que le colocan por la noche, cuando son más fáciles de agarrar: quedan inmóviles ante la luz de una linterna, que los encandila. Ponen un promedio de 27 huevos por año, en enero; viven unos 30 años, y miden hasta 3 metros. Si ven al visitante huyen, a menos que se sientan en riesgo.

El mejor momento para verlos es por la mañana, lo más temprano posible, porque después descansan bajo la vegetación. En caso de no encontrarlos, muy cerca de la posada Piuval aparece Zico, un yacaré casi amaestrado, que se cruza en el camino y posa para las fotos a cambio de unos trozos de carne (de carnicería). Es parte de la destreza turística de algunas de estas estancias, que se basan en la naturaleza misma de los animales (imposible no hacerlo), pero también tienen recursos para que no haya decepciones.

En la estancia Pantanal Mato Grosso, por ejemplo, lo tienen a Taffarel, un enorme tuiuiú -ave de cuerpo blanco, cuello rojo y cabeza negra, símbolo de la región- que sigue muy de cerca los botes cuando el guía lo llama por su nombre. En la misma posada cuentan con Alemao, otro pájaro precioso que confirma, con su nombre (otro jugador de selección), la pasión brasileña por el fútbol hasta en zonas donde es casi imposible jugarlo, por la cantidad de agua (¿quién se atrevería, además, a buscar una pelota que se va lejos?).

Si de recursos se trata, el del guía Ricardo Casarin es de los más ingeniosos. Especializado en aves, él lleva consigo un reproductor de MP3 con 3000 sonidos de animales, además de un pequeño, aunque potente parlante. Cuando nota a algún animal en la zona, reproduce el sonido de esa misma especie, para acercarlo. Si no funciona, prueba con el grito digitalizado de algún enemigo, que lo convoque a defender su territorio. El guía -que vive bajo su sombrero y completa su uniforme con cuchillo y botas- muestra luego al animal con un monocular que, también, siempre lleva consigo.

Hay 545 especies de aves en la región. "América del Sur es para las aves lo que Africa para los mamíferos", dice Ricardo, que trabaja para la posada Araras, aunque es free lance y también acompaña a grupos por la selva. "Para ver animales, el Pantanal es incluso mejor que el Amazonas, por ser más abierto", agrega.

Las posadas suelen ser de un solo piso, con una habitación junto a la otra, galería con hamacas paraguayas, sonido de ranas (benditas ranas, que reducen los mosquitos) y por supuesto piscina. Ofrecen pensión completa, ya que no hay restaurantes por la zona, con el sistema de buffet típico del país, que incluye farofa, pollo, cerdo, arroz, feijoada y alguna especialidad, como caldo de piraña y pescados de río en general.

CIRCUITOS MATOGROSSENSES

Más del 80 por ciento de los visitantes llega desde Europa y suele completar su viaje con Foz de Iguazú, Río de Janeiro, alguna playa del Noroeste y Manaos, en el Amazonas. En Mato Grosso se habla oficialmente de una nueva ruta turística, que se gestaría en los próximos meses para unir esta región con Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia; Cuzco, en el Perú, y Arica, en Chile.

Al Pantanal y la Chapada se suman, entre las atracciones propias de este estado, los alrededores de Jaciara, ciudad a 142 kilómetros al sudeste de Cuiabá. Esta es la zona para el deporte de aventura, especialmente el rafting, que se puede practicar en aguas mucho más cálidas que las de la Patagonia. Junto a la caudalosa Cachoeira da Fumaça , de 30 metros, comienza un recorrido que atraviesa rápidos de hasta grado 4, en la escala (1 a 6) del rafting internacional. La propuesta es para todas las edades (uno puede bajarse en los saltos más peligrosos). Desde Jaciara se puede conocer también pinturas rupestres, en el Vale das Perdidas.

Para estos recorridos alternativos, una posibilidad es dormir en ciudades como Jaciara o Campo Verde, que no tienen demasiada estructura turística, pero sí hoteles y muy buena predisposición. O volver a Cuiabá, con más opciones para comer, dormir y salir de noche. Como en toda gran ciudad calurosa, aquí se detaca la vida nocturna (la cerveza helada ayuda). Los restaurantes son mayormente al aire libre, con un extraño sistema de riego para refrescar a los comensales, y la calle de bares se llama Mato Grosso, fácil de recordar para volver la noche siguiente.

DATOS ÚTILES

CÓMO LLEGAR

A Cuiabá vuelan TAM y Gol desde Buenos Aires, previo transbordo en San Pablo. La tarifa es de 520 y 400 dólares respectivamente, pero en el último caso hay que pasar una noche en San Pablo (no incluida).

DÓNDE DORMIR

La mayoría de los hoteles trabaja con paquetes turísticos. Hay tours de 7 días desde 1560 dólares, con pensión completa (tres noches) y media pensión en hoteles de alta categoría. A su vez, las posadas del Pantanal cobran, con pensión completa, entre 100 y 230 dólares por noche por habitación doble.

Pantanal Mato Grosso: Rodoviaria Transpantaneira, Km 65. www.hotelmatogrosso.com.br
Pusada Araras: Rod. Transpantaneira, km 132. www.araraslodge.com.br
Pousada Puival: Rod. Transpantaneira, km 10. www.pousadapiuval.com.br

RECOMENDACIONES

Temporadas: el mejor período para conocer el Pantanal, es de mayo a noviembre, para sortear el calor húmedo, las lluvias y los mosquitos.

Salud: la Secretaría de Turismo del estado de Mato Grosso recomienda darse esta vacuna, por lo menos diez días antes del viaje.

MÁS INFORMACIÓN

Comité Visite Brasil: Embajada del Brasil en Buenos Aires, Cerrito 1350, entrepiso, 4515-2400. www.brasil.org.ar


Por Martín Wain Enviado especial

No hay comentarios:

Publicar un comentario