La primera vez que Cela habló del libro/proyecto "Turno de réplica" fue en una entrevista que le hizo la periodista Victoria Prego en aquellos días de promoción de su novela "Madera de boj". No me acuerdo si definía el libro como un capítulo más de sus memorias o en realidad sería un ajuste de cuentas con sus queridos contemporáneos.
- ¿Y ahora mismo no tiene ningún nuevo título en la cabeza?
- Eso podría ser «Turno de réplica». Por seguir un poco la línea de «Memorias, entendimientos y voluntades». A lo mejor. No lo sé. Yo tengo ahí verdaderas maravillas, en el epistolario. Cosas insospechadas, que no se deben decir en un periódico. Yo no quiero meterme con nadie, no sé. Tengo que pensarlo en todo caso.
- Puede ser magnífico.
- Sí. Pero también puede ser doloroso para alguien. Y yo no quiero. Si está muerto no, y si está vivo tampoco quiero amargarle sus últimos años. También puedo escribirlo y no publicarlo hasta dentro de cincuenta años. Ya veremos.
El caso es que hasta hoy nada fue publicado. Quiero creer que Cela empezó este proyecto y tal vez no llegó a terminarlo nunca porque le cogió por sorpresa la pereza, el aburrimiento o tal vez la inoportuna muerte y ahora este libro inédito estará guardado en alguna caja del archivo personal de su Fundación. Aquí os dejo unas líneas donde Cela comenta algo sobre este nuevo proyecto.
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"Después de terminar la novela "Madera de boj" ando sin sombra y como medio desorientado
porque, sin tener nada que hacer, me falta tiempo para no hacer nada; la
holganza tiene sus reglas y sus servidumbres a las que no cabe querer
substraerse y es muy difícil llenar el tiempo vacío cuando no se tiene el
material del relleno bien dispuesto y a mano.
A veces, cuando los escritores terminamos un libro, quedamos expuestos a que nos invadan ciertos trastornos neurovegetativos que pueden llevamos en volandas hasta el huero planeta del nihilismo lírico por donde vuelan querubines que semejan codornices. Mi ángel de la guarda me dice que diga que lo que queda dicho no es más que una súplica de perdón, y yo me permito recordar que don Guillermo aseguraba que nada envalentona tanto al pecado como la indulgencia.
Ahora, mientras le doy vueltas en la cabeza a lo que debo hacer y acontecer, o sea a lo que voy a intentar escribir si es que intento escribir algo, se me amontonan en la cabeza un tropel de proyectos que jamás podría llevar a término por muchos años que viviese. Me ronda desde hace años la idea de continuar mis memorias con un nuevo tomo, "Turno de réplica", en el que contase tanto aciertos y dianas como pifias y resbalones de mis contemporáneos; tengo un buen archivo que algún día alcanzará el orden, y de él quizá pudieran obtenerse claridades de lo que con frecuencia se nos presenta confundido. El único inconveniente que le veo es que inevitablemente tuviera que doler a alguien lo que dijese, cosa que no deseo que suceda porque prefiero pasar por esta vida sin entrar en el juego de las diatribas y los ditirambos. El arbitrio de que no se publiquen mis cuartillas hasta pasados cincuenta años de mi muerte tampoco me sirve porque la historia barre al mundo más deprisa de lo que todos pensamos e incluso deseamos. Cicerón suponía que en la historia no cabe nada que sea falso y que no hay que temer confesar la verdad. A lo mejor acabo convenciéndome de que esto es cierto".
CJC, El color de la mañana: "Turno de réplica". Abc, Domingo 3 de octubre de 1999
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