martes, 28 de junio de 2011

La primera luz del día




Toda obra de arte es fruto de una gran paciencia y la inspiración si es que existe, cuando aparece sin avisar se tiene que estar trabajando febrilmente en aquello que se persigue conquistar y todavía no se sabe que es.

El cuadro "La Gran Vía de Madrid" del pintor Antonio López refleja esta vieja idea de mucho trabajo y mucho talento. Durante cinco años, o sea de 1975 a 1980 todos los veranos el pintor madrugaba para espiar este espacio mítico de Madrid y captar la primera luz del día. 

La calle, la avenida, la ciudad, la capital está vacía, parece irreal porque no vemos personas caminando con cara de sueño. Las líneas del suelo marcan el territorio de coches y autobuses. Edificios silenciosos, firmes y rígidos nos miran.

El reloj digital que está debajo de la palabra "PIAGET" marca las 06:30.

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